Para Ibn el-Arabi, como para todos los Sufis, Muhammad representa el Hombre Perfeccionado. Al mismo tiempo, es necesario saber qué significado tiene ‘Muhammad’ en este contexto. Ibn el-Arabi es más explícito que la mayoría sobre este punto. Existen dos versiones de Muhammad: el hombre que vivió en La Meca y Medina, y el Muhammad eterno; es acerca de este último de quien habla. Este Muhammad es identificado con todos los profetas, incluyendo a Jesús. Esta idea ha sido la causa de que gente con formación cristiana afirme que Ibn el-Arabi o los Sufis eran cristianos en secreto. La afirmación Sufi es que todos los individuos que han cumplido determinadas funciones son, en cierto sentido, uno solo. A esta unidad en su origen la llaman haqiqat-el-Muhammadia, la Realidad de Muhammad.