No importa qué es lo que hayamos experimentado –si es la asombrosa vista del Gran Cañón, o la belleza etérea de la Aurora Boreal, o el estimulante panorama desde lo más alto de la Torre Eiffel—en algún punto de nuestras vidas hemos experimentado el sentimiento de asombro o hemos estado en un completo y abrumador estado de asombro.
Los psicólogos científicos Melanie Rudd y Jennifer Aaker de la Escuela de Graduados de Negocios de la Universidad de Stanford y Kathleen Vohs de la Escuela Carlson de Administración de la Universidad de Minnesota, idearon una manera de estudiar el sentimiento de asombro en el laboratorio.
A través de tres diferentes experimentos, encontraron que los momentos alucinantes hicieron a los participantes sentir que tenían más tiempo disponible y les hizo sentir con más paciencia, menos materialistas, y con mayor disposición de dar su tiempo voluntario para ayudar a otros.
Los investigadores encontraron que los efectos que el asombro tiene en la toma de decisiones y el bienestar puede estar explicado por la habilidad del asombro de cambiar realmente nuestra experiencia subjetiva del tiempo al hacer que pase más lento.
Las experiencias de asombro ayudan a traernos al momento presente lo cual, a su vez, ajusta nuestra percepción del tiempo, influencia nuestras decisiones, y nos hace sentir más satisfechos de la vida.
Eso sí es asombroso.
Por: Association for Psychological Science / 19 Julio 2012 / ScienceDaily
Link: http://www.sciencedaily.com/releases/2012/07/120719161901.htm